¿Te preguntaste alguna vez qué te ocurre físicamente cuando escuchás audio digital? La música y los podcasts influyen en nuestras emociones más de lo que pensamos, ya sea porque el contenido te hace reír, llorar o mejorar tu estado de ánimo por el simple hecho de escucharlos. Para saber más sobre estas reacciones, en 2021 iniciamos nuestra investigación Sonic Science. Volvemos con un segundo volumen: Sonic Science 2.0, que explora cómo el audio afecta físicamente a los oyentes.
Para entender mejor cómo los oyentes se involucran con el contenido de audio en la plataforma, Spotify se asoció con la empresa de investigación biométrica MindProber y Josh McDermott, PhD, que dirige el Laboratorio de Audición Computacional en el MIT en este estudio, el primero de su tipo, que mide la actividad electrodérmica de los usuarios de Spotify en los EE.UU. y el Reino Unido.
¿Los resultados? Pruebas biométricas inequívocas de que las elecciones de audio de los oyentes se correlacionan con su entorno físico y sus actividades. Estos son los resultados clave:
En Sonic Science Volumen 1, estudiamos los efectos del audio digital en el cerebro. Observamos cómo los profundos niveles de personalización e interactividad de Spotify lo hacen más atractivo e inmersivo que las redes sociales (+27%), la televisión (+23%) y la radio (+23%).
Este año hemos descubierto:
La experiencia de escuchar Spotify crea un halo de buenas vibras. Incluso cuando reproducen música triste, los oyentes levantan su ánimo cuando sintonizan Spotify. Eso es lo que afirmaron los participantes en nuestro estudio Sonic Science después de la mayoría de sus sesiones de escucha de Spotify, independientemente de cuándo y qué escucharan o qué estuvieran haciendo en ese momento.
§ Un tercio de los participantes en el estudio afirmaron sentirse «felices» o «alegres» después de escuchar Spotify, mientras que una cuarta parte dijo sentirse «en calma».
Basándonos en la actividad electrodérmica de los oyentes de Spotify (es decir, la emoción que se mide a través del sistema nervioso simpático, el cual, cuando se activa, hace que nuestro cuerpo produzca sudor) mientras escuchaban música, pudimos saber si el contenido de audio que escuchaban les provocaba actividad emocional.
Mediante el estudio de los atributos acústicos, es decir, el dinamismo, la “bailabilidad”, la energía, la instrumentalidad y la «sonoridad» (es decir, la presencia de palabras habladas en una canción), se produce un aumento del 30% en la precisión en la capacidad de identificar los contextos de los oyentes mientras escuchan música.
Los oyentes son más propensos a escuchar música con un alto índice de:
Acústica en momentos de concentración o relajación, como cuando estudian o descansan.
Sonoridad durante actividades con movimiento, como caminar, hacer ejercicio o comer.
Instrumentalidad cuando están concentrados, ya sea estudiando, descansando, jugando o conectándose a Internet.
Capacidad de baile al realizar actividades sociales o físicas, como hacer ejercicio, limpiar la casa o salir de fiesta. Pero el baile también se utiliza para mejorar rutinas cotidianas como cocinar y comer.
Dinamismo al realizar actividades altamente físicas, como caminar, hacer ejercicio o limpiar la casa.
Fuente: Spotify